50º aniversario del Seat 850

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Coches Históricos Historia de la automoción

Lo prometido es deuda y, aunque más bien lo insinuamos, hoy cumplimos con el anuncio que hicimos en el post sobre los mejores modelos de la historia de Seat acerca del 50º aniversario del Seat 850. Y es que, pese a que el 600 siempre ha resultado más icónico y ha sido el que ha protagonizado más reportajes e historias, el 850 supuso un salto cualitativo muy significativo para la firma española y fue el símbolo de muchas cosas. Dio un impulso a la industria automovilística española, respondió a las demandas de unos conductores cada vez más exigentes y se atrevió con versiones otrora inverosímiles. Esta es su historia.

En 1964, Fiat, propietaria de Seat, presentó en sociedad el Fiat 850. Se trataba de un vehículo que se había planteado como un nuevo concepto de coche pero que por distintos problemas durante su desarrollo acabó moderando sus ambiciones. Aunque llegó a comercializarse en el mercado español, su éxito fue deliberadamente relativo. Fiat cedió a Seat a la fabricación de un coche idéntico al de la casa italiana pero con algunos detalles especialmente dirigidos al consumidor español, apuesta que se revelaría notablemente acertada. En 1966, el Salón del Automóvil de Barcelona acogió el lanzamiento del Seat 850.

Uno de los primeros Seat 850. Imagen extraída de Elperiodico.com.

El nuevo vehículo de Seat, que seguía cosechando réditos ciertamente espectaculares para los estándares de la época con el 600, era el resultado de una revisión a fondo de todas las prestaciones de este último coche. Más espacio disponible para los usuarios, mayor capacidad de carga en el maletero, mejora significativa de la habitabilidad y la comodidad y una respetable potencia de hasta 42 CV eran sus cartas de presentación. Tenía por delante el reto no solo de recoger el testigo sino de imponerse a las propuestas de otras compañías que llegaban pisando fuerte, como el Simca 1.000, disponible en España desde el año anterior.

La versión más extendida del 850 sería el 850N, que era la más convencional y asequible y que contaba con una carrocería tipo berlina aunque con una silueta muy redondeada y sin excesivos detalles agresivos. Con tracción trasera (y el motor en idéntico lugar), el coche respondía bastante bien en los contextos urbanos, denotando asimismo una clara mejoría en la maniobrabilidad. La gran sorpresa sería, en cualquier caso, la abundancia de versiones que irían llegando: Sport Spider, Coupé, Sport Coupé, D Especial… El conductor español se encontraba ante un catálogo de opciones inédito hasta la fecha, lo que supuso una gran alegría para la nueva clase media.

Llamativa imagen del Seat 850 Spider. Imagen extraída de a2goos.com.

Aquí estriba, desde luego, la razón del éxito del 850. La progresiva liberalización de la economía española desde finales de los años cincuenta, la llegada de capital extranjero a través del turismo de sol y playa y el progresivo aumento en el tamaño de las grandes empresas, como Seat, permitió un repunte en la calidad de vida bastante significativo para muchos españoles. Este proyecto de clase media precisaba de un coche a su medida y el 850 le ofreció un catálogo amplio con el que presumir de coche. Aunque dejó de fabricarse en 1974 para dejar paso al 133, el Seat 850 había seducido a toda una generación de conductores y todavía hoy puede verse a orgullosos propietarios al volante de este coche. Desde Automóviles Argüelles, nos sumamos a las felicitaciones.

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